Cuando llegué a Venezuela desde Nepal, lo hice estando bastante enfermo. Mi estadía en Nepal me había activado varios virus que desconocía hasta ese momento. Estuve en varias consultas médicas con distintas especialidades tratando de buscar un diagnóstico, y con cada uno de los médicos que visitaba se abría una nueva historia clínica, que implica en primer lugar la búsqueda de antecedentes de cualquier tipo de patología. Todo iba bien con los antecedentes maternos, tenía toda la información que me solicitaban: antecedentes de diabetes, hipertensión, cáncer, etc. Pero cuando implicaba dar información sobre mi papá, solo se oía el silencio. A ver, conozco a mi papá, crecí con él, tengo la fortuna de tenerlo aún conmigo, tiene más de 35 años de casado con mi mamá, somos cercanos, pero él siempre ha sido un hombre sano, o al menos eso creemos todos. A mi papá no le gustan los hospitales ni nada de lo que tenga que ver con chequeos médicos, de mi papá desconozco hasta el tipo de sangre. Ad
Me decido a salir de Caracas a las 10 am con dirección a Puerto Cabello en el Estado Carabobo. Se me olvidaba que ya nos estamos acercando a la temporada vacacional y me encuentro con que La Bandera estaba full. Tomo una camioneta que muchos llaman "pirata" hasta Valencia, 3 horas de viaje con la emocion de conocer un lugar nuevo, tal como un niño de 6 años.
Llego al Big Low (Terminal de Valencia) y rápidamente me monto en otro bus con dirección a Pto. Cabello y empiezan mis típicos nervios por no saber con que me voy a encontrar en mi destino. Fueron en total desde Caracas 4 horas de viaje. Cuando llego al terminal de Puerto Cabello se podía ver imponente al Fortín Solano, el cual en la época colonial resguardaba nuestras costas, y que también tuvo una participación destacada en los sucesos del Bloqueo Naval de 1902.
Ahí mismo en el terminal tomo una buseta que me lleva hasta la Playa de Quizandal. El camino hasta la playa, debemos atravesar las calles del pueblo, y en un momento pasamos muy cerca del Puerto mas importante del país, donde se podía ver la enorme cantidad de containers repletos de productos comerciales.
Mi intención era ir a Isla Larga, pero el vigilante de la playa me indica que el paso a las islas está cerrado desde la 1pm (ya eran las 2pm); ademas se debe pagar un pequeño monto para el cuidado y limpieza de la playa.
Al salir de la playa, tomo un Metrobus, que como me dicen me puede dejar cerca del camino que debo tomar hasta el Fortín Solano. Me encuentro con una señora que lamentablemente no me dice su nombre, pero me que ayuda increíblemente, me explica muchas cosas, el camino que debo seguir, y hasta me cuenta un poco de Puerto Cabello. En el camino algo me llama la atención y es que Puerto Cabello es atravesado por los rieles del antiguo ferrocarril que cubría la ruta Pto. Cabello-Barquisimeto. Llego a la parada en la cual me debía bajar, y la señora de la que les conté, se baja conmigo, y me acompaña hasta el camino para el Fortín para que no me perdiera. Verdaderamente muy amable.


Posteriormente, voy al Fortín Café, un pequeño restaurant que se encuentra en la misma cima del Fortín. Me tomo un cafecito caliente que acompaño con la vista tan perfecta que se podía apreciar.
Este lugar lo recomiendo muchísimo, la atención del personal es maravillosa, y sus servicios son de calidad. Cuando cae la tarde, bajo la colina hasta llegar al sector "Las Tejerias" en el que había empezado el trayecto. Me dispongo a ir al terminal y tomar un bus de regreso de Valencia. Este viaje ha sido uno de los mejores, en definitiva. Muchas gracias a todas las personas que me ayudaron, no solo a las que menciono acá, sino al resto que me auxiliaron cuando estaba perdido, cuando necesitaba llegar al terminal, cuando necesitaba un cajero. De verdad hubo mucha gente amable dispuesta a ayudarme y realmente lo agradezco. Por eso he decidido decir que Pto Cabello es tierra de Gente Servicial. Son este tipo de viajes los que me hacen crecer como persona.
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