Por primera vez en 25 años pareciera ser que mi país, Venezuela, tiene una oportunidad real de lograr un cambio de gobierno por la vía democrática del voto. Sin embargo, intento no emocionarme y mantener mi esperanza al mínimo. La desesperanza aprendida y la indefensa adquirida ya son parte de mi mecanismo de defensa para enfrentar la realidad de mi país. Hemos pasado demasiadas cosas en los últimos años. No quiero ilusionarme en vano. En mi país, tenemos una relación complicada con las elecciones. Conscientemente, unos días antes de las elecciones me abastecí de alimento, porque uno nunca sabe qué pueda ocurrir, y si algo ocurre lo mejor es que te agarre con alimento en casa. En Catia, el barrio donde vivo, se escucha “compren velas, por si acaso”. Todo parece estar normal, sin embargo, tengo una semana que no logro dormir más de 4 horas en la noche. La ansiedad toma mi cuerpo y trato de poner en práctica todas las herramientas que conozco para gestionarla. Un dolor de cabeza aparec
En 1840 el Estado de Venezuela quería traer inmigrantes
europeos y con la ayuda de Agustín Codazzi y Alexander Benitz se planteó un
asentamiento alemán en el valle donde nace el río Tuy.
Clemente era el nombre de la fragata que trajo consigo a
los primeros 351 alemanes en 1843, provenientes del suroeste de este país europeo,
que debieron navegar el Rin y caminar cientos de kilómetros por el norte de
Francia hasta alcanzar el puerto de Le Havre para embarcar con rumbo a
Venezuela.
Cuando llegan a La Guaira la embarcación es puesta en
cuarentena por una epidemia de viruela en el interior de la misma, y la autorizan
para irse hasta Choroní donde completa la cuarentena. Cruzan hasta Maracay,
desde allí a La Victoria y luego suben hacia lo que se convertiría en la
Colonia Tovar.
La actual Colonia Tovar no es la sombra de lo que era en
aquella época, hay relatos en los que se comenta que Benitz y Codazzi tenían a
los colonos como sus propios esclavos, no los dejaban salir de allí y no se les
permitía casarse con criollos. Hoy en día la Colonia Tovar se ha convertido en uno de los principales
destinos turísticos del país, lo que ha permitido, por desgracia, que la
cultura alemana ya no exista con tanta fuerza como en aquellos primeros años.
Lo cierto es que quienes visitan la Colonia Tovar lo
hacen para alejarse del ruido de la ciudad, conectarse un poco más con la
naturaleza y degustar de la gastronomía alemana. A mi particularmente me gusta
visitarla entre los días lunes y jueves; donde se puede ver como llevan su vida
diaria los lugareños sin la influencia
de los turistas que la visitan de viernes a domingo y sin la bullaranga que
estos mismos crean entre las calles.
¿Dónde
Comer?
Como les comento arriba, la Colonia Tovar se ha vuelto
muy comercial, un plato de comida puede costar entre los 1000 y los 3000 Bs
(septiembre 2015), dependiendo del lugar al que vayas.
Para comer existen numerosas opciones y todo va de acuerdo
a la ocasión. Hay restaurantes de lujo y muy reconocidos como Rebstock, Freiburg, Frankfurt, Bergland y la
Casita del Fondue.
Pero también existen opciones más económicas como los
pequeños restaurantes-cafés que se encuentran en la calle Bolívar o cercanos a
la plaza donde los precios por un plato de Salchichas alemanas o polacas con
ensalada y pan varían entre 700 y 900 Bs (septiembre 2015).
Lo que varía en cada lugar es la presentación, pero la
frescura de los alimentos es incompatible en todos, en la Colonia Tovar los
alimentos van directamente del campo a la mesa.
Para degustar unas fresas con crema les voy a recomendar
las de la Señora Ireira, bajando hacia la Iglesia se va a encontrar con su
puesto de fresas que tiene un encerado rojo como techo, sus precios son los
mejores y las fresas siempre están frescas que combinan perfectamente con la
crema bien batida que también ella prepara.
El precio de las cervezas artesanales Tovar y Benitz (las
más consumidas por turistas) varía entre
200 y 300 Bs (Septiembre 2015) de acuerdo al lugar en donde te la tomes.
Si están hospedados en algunos de sus posadas u hoteles y
prefieren cocinar ustedes mismos sus alimentos, les recomiendo que compren las
verduras y frutas en el mercado que se instala aledaño a la Iglesia, les
garantizo frescura y calidad al 100%.
¿Dónde
dormir?
Las opciones para hospedarse son muchas, en exceso quizás.
Puedes elegir si dormir en un hotel o en una posada. Particularmente prefiero
las posadas.
La lista de hoteles más recomendados son los siguientes:
-
Hotel
Selva Negra. Telf (244) 355
1715
-
Hotel
Bergland. Telf (244) 355
1994
-
Hotel
Edelweiss Telf (244) 355 1260
-
Hotel
Frankfurt Telf (244)
355 1879
-
Hotel
Freiburg Telf (244)
355 1313
Esos son solo algunos de los hoteles que brinda la
Colonia Tovar, para consultar precios comuníquese al número telefónico correspondiente.
Por su parte también tenemos una lista de posadas y
cabañas, cada una con un encanto particular:
- Cabaña
Dusseldorf Telf (426) 643 0721
-
Chalets
Von Zena Chaletcoloniatovar@gmail.com
-
Posada Baden Baden Telf (426) 831 2023
-
Cabañas de Alejandra Telf (412) 400 3742
-
Cabañas La Ballesta Telf (244) 355 1156
-
Posada Don Elicio Telf (244) 355 1254
- Posada
Santa Claus Inn Telf: (244) 355 1776
¿Qué
hacer en la Colonia Tovar?
- 1- Anotarse
para participar en un tour en rustico con la gente de Regenwald Tour, les recomiendo el tour combinado en el que se visitan algunos cultivos de frutas y
hortalizas, se conoce la arquitectura de la zona, te llevan a una fábrica de licores artesanales
y por si fuera poco incluye también una excursión al Monumento Natural Pico
Codazzi. Se pueden comunicar con ellos para hacer su reservación a través del número telefónico: 0244-355 1662
- 2- Asistir
a la fiesta de la Cerveza que se realiza en el mes de Octubre, la celebración tiene
el nombre de Oktoberfest y es cuando
la cultura alemana más sale a relucir, con juegos, trajes, espectáculos, música
y mucha, mucha cerveza. Para enterarse más de este evento consulta su página
oficial http://www.oktoberfestcoloniatovar.com/
- 3- Ninguna
visita a la Colonia Tovar está completa si no se camina por sus calles y te pierdes viendo a lo lejos los cultivos de
fresas y esas casitas que hacen que te preguntes ¿Cómo será vivir aquí? Pero es
clara la respuesta que tienes en tu mente y es “un relax total, aquí sería
feliz viviendo”. Mientras hueles las rosas del camino y te metes ahora por
callejuelas menos transitadas que tienen un mayor encanto y al final llegas a
la plaza, porque realmente todos los caminos te conducen allá y hablas con los agricultores
que venden sus hortalizas recién cosechadas y luego entras por fin a la
iglesia, mejor apagas el teléfono y la cámara como reza un cartel en la entrada
y te entregas a la paz que se respira en este lugar y le agradeces a Dios por
estar allí, por estar vivo y por permitirte disfrutar de ese lugar.
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