Por primera vez en 25 años pareciera ser que mi país, Venezuela, tiene una oportunidad real de lograr un cambio de gobierno por la vía democrática del voto. Sin embargo, intento no emocionarme y mantener mi esperanza al mínimo. La desesperanza aprendida y la indefensa adquirida ya son parte de mi mecanismo de defensa para enfrentar la realidad de mi país. Hemos pasado demasiadas cosas en los últimos años. No quiero ilusionarme en vano. En mi país, tenemos una relación complicada con las elecciones. Conscientemente, unos días antes de las elecciones me abastecí de alimento, porque uno nunca sabe qué pueda ocurrir, y si algo ocurre lo mejor es que te agarre con alimento en casa. En Catia, el barrio donde vivo, se escucha “compren velas, por si acaso”. Todo parece estar normal, sin embargo, tengo una semana que no logro dormir más de 4 horas en la noche. La ansiedad toma mi cuerpo y trato de poner en práctica todas las herramientas que conozco para gestionarla. Un dolor de cabeza aparec
Eso al fondo es el Valle de Quíbor. |
El
Valle de Quíbor es una región del estado Lara que goza de tierras bastante
fértiles, no en vano es una de las principales regiones productoras de tomate,
pimentón y cebolla de Venezuela. Cuenta con una extensión de 46.000 Ha. de las
cuales se aprovechan para el cultivo solo 26.000 Ha.
Esta
región venezolana presenta escazas precipitaciones anuales y el agua para el
consumo y el riego se obtiene por la extracción de pozos subterráneos. Los
agricultores de Quíbor le deben a los canarios que se asentaron en estas
tierras el conocimiento en técnicas de agricultura y la preservación del agua
de lluvias ayudando en la construcción de reservorios. Desde 1971 se espera la
finalización de la represa Yacambú que surtirá de agua –si es que algún día se
finaliza- al Valle de Quíbor y a Barquisimeto pero ningún gobierno se lo ha
tomado en serio, la obra ha sido paralizada en ocasiones por falta de
presupuesto e incluso ha sufrido derrumbes.
Ahora
bien, las pocas fuentes de aguas que existen en Quíbor y los suelos en general
están siendo contaminados por el uso excesivo de agrotóxicos y fertilizantes en
las plantaciones, que generan -además de la contaminación ambiental- la desertificación de los suelos y la perdida
de diversidad en las plantas y animales y a su vez representa un importante
problema de salud pública.
El
Art. 127 de la Constitución Nacional en su segundo párrafo es claro cuando
establece que “Es una obligación fundamental del Estado, con la activa participación
de la sociedad, garantizar que la población se desenvuelva en un ambiente libre
de contaminación, en donde el aire, el agua, el suelo, las costas, el clima, la
capa de ozono, las especies vivas, sean especialmente protegidos, de
conformidad con la ley”.
Pues
bien, a pesar de lo que se establece dentro del marco jurídico venezolano poco
es lo que se comenta y las soluciones que se brindan con respecto a la
situación en el Valle de Quíbor. Los fertilizantes y agrotóxicos que se han
estado utilizando impregnan los alimentos que posteriormente serán consumidos
por el ser humano, causando de esta forma un envenenamiento progresivo de la
población.
En
los últimos años la situación se ha tornado más delicada y han empezado a
aparecer las consecuencias de la falta de control de los entes encargados de
regular en esta materia. Lara y en especial Quíbor posee la tasa de nacimientos
de niños con malformaciones más alta del país.
El
actual gobierno responsabilizaba a Agroisleña, pero a más de 5 años de su expropiación
la problemática continúa. Las principales afecciones con las que nacen algunos
de los niños son: La espina bífida, leucemia e hidrocefalia. A pesar de la
gravedad de la situación, poco se ha invertido en estudios medioambientales en
esta región; las investigaciones más actualizadas que se han realizado con
respecto al tema –disponibles en internet- fueron llevadas a cabo por la
Universidad Centro-occidental Lisandro Alvarado (UCLA) entre los años 2001 y 2004 en los que se estudia el
nivel de morbilidad y la presencia de agentes contaminantes en la leche
materna.
La
medida que actualmente se está aplicando para contrarrestar los efectos es la
de realizar un tipo de cultivos protegidos, es decir, en invernaderos, que
alejen las plagas de las plantas y que de esta forma se disminuya –no se
elimine- la utilización de plaguicidas; pero se hace necesario la utilización
de un mejor equipo de protección para los agricultores que siguen teniendo
contacto con estos agentes químicos y que representan un foco de contaminación
para sus familiares y amigos, además de sistemas de drenaje que eviten que los
plaguicidas y fertilizantes usados lleguen a los pozos subterráneos, fuente de
agua para la población de Quíbor.
Aquí
hay un llamado Urgente al Ejecutivo Nacional y Regional para que se avoquen a
la solución de este problema que afecta al Municipio Jiménez y que sus
pobladores desean que les sea atendido.
Twitter: https://twitter.com/SoyLuisAlvarado
Instagram: https://www.instagram.com/soyluisalvarado/
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