Cuando llegué a Caracas, desde mi pueblo original de residencia, en Septiembre de 2014, la Capital de Venezuela se encontraba recuperando de una jornada intensa de protestas que habían ocurrido a inicios de año. Para el momento en que llegué a Caracas reinaba una especie de normalidad, y posiciones encontradas sobre la justificación de las protestas. Para ese momento, algunos alimentos empezaron a escasear pero nadie imaginó lo que vendría luego. Mi primera semana de clase en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela en Diciembre de ese año también fue un poco intensa. La universidad se preparaba para elecciones de representantes estudiantiles tanto a nivel federativo como a nivel de facultades y escuelas. Esa primera semana de clases, algunas clases se interrumpían cuando ingresaba algún candidato al salón con autorización del profesor de turno para darnos su discurso y motivar el voto a su favor. En el primer semestre de la carrera no entie
Entre un Zumba que Zumba o un Guayacán, carne en vara, gente, risas, bailes y licor -mucho licor- se disfruta una Parranda en el Llano Venezolano. Una alegría desbordante típica del llanero impregna el lugar y una carne en vara se cocina aderezada solo con sal. Cuando la cerveza y el licor empiezan a hacer de las suyas comienzan a salir los copleros y vegueros a demostrar con cantos de qué está hecho el llano.
Las
parrandas comienzan generalmente cuando se acerca el mediodía y se extienden
hasta la media noche o incluso hasta el siguiente día. Para que empiece la parranda lo más importante
es la cerveza y la música. Un cuatro o una bandola son infaltables. Estos
instrumentos no paran de sonar en ningún momento y la parranda se pone más
emocionante cuando comienza el contrapunteo.
La improvisación es el talento que sale a relucir durante el contrapunteo
donde cantan sus problemas y los resuelven de una manera jocosa.
Un ejemplo de contrapunteo
Junto a un coplero en los llanos guariqueños |
No
queda más que agradecer a nuestro gran y fuerte
mestizaje que han derivado en una cultura tan rica y variada como la
venezolana. Estas tradiciones llaneras valen la pena vivirla, al menos en una
ocasión. ¡Que sabrosa es una parranda llanera! ¡Que viva el llano venezolano!
PD: Me disculpo por haber abandonado el blog durante las ultimas 3 semanas, pero me tomé unas vacaciones navideñas. No queda mas que desearles que tengan todos un increíble Año 2016 y a seguir pateando país. Ya vuelvo a publicar entradas como antes, cada miércoles (como hoy) y sábado.
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