Cuando llegué a Venezuela desde Nepal, lo hice estando bastante enfermo. Mi estadía en Nepal me había activado varios virus que desconocía hasta ese momento. Estuve en varias consultas médicas con distintas especialidades tratando de buscar un diagnóstico, y con cada uno de los médicos que visitaba se abría una nueva historia clínica, que implica en primer lugar la búsqueda de antecedentes de cualquier tipo de patología. Todo iba bien con los antecedentes maternos, tenía toda la información que me solicitaban: antecedentes de diabetes, hipertensión, cáncer, etc. Pero cuando implicaba dar información sobre mi papá, solo se oía el silencio. A ver, conozco a mi papá, crecí con él, tengo la fortuna de tenerlo aún conmigo, tiene más de 35 años de casado con mi mamá, somos cercanos, pero él siempre ha sido un hombre sano, o al menos eso creemos todos. A mi papá no le gustan los hospitales ni nada de lo que tenga que ver con chequeos médicos, de mi papá desconozco hasta el tipo de sangre. Ad
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Foto: Runru.es |
Cuando
la polarización se instala en cualquier sociedad está dispuesta a llevarse todo
lo que encuentre a su paso, incluso a la propia sociedad. Durante los últimos
200 años Venezuela ha vivido en una polarización constante. La Guerra a Muerte
de Bolívar, La Revolución Azul y la rebelión del 23 de enero, son sólo unas de
las numerosas ocasiones en las que la polarización ha acabado con el pacifismo
y empeorado la coyuntura política.
La
polarización hace desaparecer cualquier intento de negociación y diálogo entre
las partes. Crea el precepto de “yo estoy bien y tu estas mal”. Crea
estereotipos y favorece la exclusión a través de discursos que resaltan
únicamente las diferencias de clase social, etnia, raza, ideología y/o religión
entre los distintos grupos.
Durante
los últimos tres lustros de la historia venezolana las diferencias ideológicas
se han profundizado por discursos políticos cargados de descalificativos. Los
líderes han propiciado la radicalización de la opinión pública de sus
seguidores y esto ha conllevado a una ampliación de la brecha entre los polos y
hoy por hoy se hace difícil un entendimiento.
El
contexto actual requiere entonces, la construcción de puentes. Puentes de
entendimiento, puentes que acerquen a los polos en disputa y que eviten que la
brecha entre ellos siga en aumento. Pero esto sólo se puede hacer si se conoce
el contexto histórico del problema, si se escucha a las partes y si se practica
el diálogo.
Reducir
los niveles de polarización es un trabajo conjunto en que intervienen ONG’s, las
organizaciones políticas, los Organismos del Estado, el Cuerpo Diplomático, y la Sociedad Civil en general.
En
Venezuela se ha venido haciendo un arduo trabajo, sobre todo de parte de las
ONG’s en materia de diálogo y herramientas para el entendimiento y el sano
debate. El cuerpo diplomático acreditado ha hecho también su parte, interesados
y preocupados por el acrecentamiento de las diferencias en la población venezolana.
Y
tú ¿Qué crees que se puede hacer para reducir los niveles de polarización en
Venezuela?
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