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El Cacao


Durante la época colonial el cacao fue uno de los tres principales rubros de nuestra economía. Antes de la llegada de los europeos ya el cacao era usado y consumido por los grupos indígenas, y cuando los españoles arribaron enloquecieron por el cacao venezolano llevando a su Rey para que probara tal alimento de un aroma único.

En Venezuela el Cacao originario se desarrolló en el Alto Orinoco -al sur de Amazonas- y tenía dos usos previos a la colonización, era utilizado para hacer bebidas y también sus semillas eran usadas como moneda. El cacao es también conocido como “El fruto de los Dioses” porque al inicio era usado en rituales de adoración para los Dioses indígenas.

Todos querían probar nuestro cacao, para 1620 Venezuela exportaba una gran cantidad de semillas de cacao principalmente hacia Europa. Los hacendados disfrutaban del auge de este comercio y las grandes cantidades de dinero que percibían por el mismo les dieron el nombre de “Los Grandes Cacaos”.

España restringió el comercio y el contrabando no tardó en aparecer. De forma ilegal Venezuela comerciaba el cacao con los ingleses, franceses y holandeses y eso fue el origen del surgimiento de la Real Compañía Guipuzcoana, una institución para regular el comercio y asegurar que todas las exportaciones de la Provincia fuesen a parar a la Península.

Más tarde el cacao contribuiría con el desarrollo de nuestro país. Grandes obras viales como la Carretera Trasandina que conecta a los estados andinos con el resto del país, construida durante el gobierno de Juan Vicente Gómez, fue realizada con el único interés de facilitar el transporte del cacao y café de las plantaciones que el presidente tenía en su hacienda en La Mulera (Táchira) para sacarle un poco más de jugo al comercio.

Luego pasamos por un proceso de industrialización por sustitución de exportaciones hacia el petróleo que nos hizo dependientes y vulnerables al mercado internacional tan volátil, abandonamos el campo arable y nos fuimos a trabajar a los campos de extracción que potencialmente llevarían a Venezuela a lograr el desarrollo tan anhelado, pero no hicimos caso y NUNCA sembramos el petróleo porque se nos olvidó lo que sembrar significaba.


El cacao está arraigado a una parte de la historia de Venezuela que no se puede olvidar, está muy ligado a lo que somos. El interés por el cacao marcó el inicio de una red de contrabando, el establecimiento de una compañía, la construcción de carreteras y el desarrollo de un país entero. 



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