Por primera vez en 25 años pareciera ser que mi país, Venezuela, tiene una oportunidad real de lograr un cambio de gobierno por la vía democrática del voto. Sin embargo, intento no emocionarme y mantener mi esperanza al mínimo. La desesperanza aprendida y la indefensa adquirida ya son parte de mi mecanismo de defensa para enfrentar la realidad de mi país. Hemos pasado demasiadas cosas en los últimos años. No quiero ilusionarme en vano. En mi país, tenemos una relación complicada con las elecciones. Conscientemente, unos días antes de las elecciones me abastecí de alimento, porque uno nunca sabe qué pueda ocurrir, y si algo ocurre lo mejor es que te agarre con alimento en casa. En Catia, el barrio donde vivo, se escucha “compren velas, por si acaso”. Todo parece estar normal, sin embargo, tengo una semana que no logro dormir más de 4 horas en la noche. La ansiedad toma mi cuerpo y trato de poner en práctica todas las herramientas que conozco para gestionarla. Un dolor de cabe...
Corrían
los días de octubre de 1962 cuando Rusia –para ese momento URSS- dispuso a
adentrarse en América Latina más de lo que Estados Unidos hubiese pensado en
plena Guerra Fría; ese hecho casi ocasiona la Tercera Guerra Mundial y la
destrucción de ¾ partes del Continente Americano.
En
los juegos del poder la búsqueda de una mayor influencia es crucial, en el caso
de los Estados la influencia se busca sobre Gobiernos y otros Estados más
pequeños. Cuanto más terreno ganan los grandes Estados, más poder de decisión
tienen ante negociaciones y ganan un mayor respaldo ante debates en organismos
internacionales, que sirven al mismo tiempo como organismos de legitimidad.
Seguimos
viviendo en una prolongación de la Guerra Fría, una guerra que nunca se da
directamente entre las grandes potencias sino más bien entre aliados y cuyos
focos se mantienen en territorios aislados alrededor del mundo, por ejemplo en
Nagorno Karabaj, Saharaui y Siria.
Por
largo tiempo América Latina ha sido una tierra de numerosas batallas
diplomáticas, económicas e ideológicas entre las potencias. Considerada por
Estados Unidos como “el Patio trasero” es una región clave para Rusia si de
buscar influencia se trata.
Recientemente
La Prensa, diario nicaragüense, publicó un artículo referido a la fuerte
presencia que mantiene la Rusia de Putin en la Nicaragua de Ortega. La alianza
que mantienen sus gobiernos basada en donaciones al país centroamericano al
principio era por productos agrícolas y automotor, pero ha dado un vuelco hacia
la alianza militar. “Hay un
vínculo, una relación directa entre el ejército de Nicaragua y las agencias
rusas” así lo ha manifestado Laureano Ortega, hijo del presidente nicaragüense y
asesor de inversiones del gobierno de su padre.
En 2016 Nicaragua fue noticia a nivel regional debido a la
preocupación de sus vecinos por una donación que le haya hecho el Kremlin de 50
tanques de guerra. Además, desde hace un par de años ha habido fuertes rumores
de que Rusia plantea establecer una base militar y de espionaje en Nicaragua.
En Octubre de 2016 el portal de noticias ruso Sputnik News
reveló que el Ministerio ruso de Defensa evalúa reestablecer las bases
militares que tenía este país en la Isla de Cuba. Pero Cuba y Nicaragua no son
los únicos países que resultan interesantes para el Kremlin.
En 2015 durante el Foro de Países Exportadores de Gas en Teherán,
Putin dejó saber a Evo Morales el interés de Rusia de fortalecer los lazos con
Bolivia en materia militar y en 2016 se acordó la construcción con el apoyo de
Rusia del Centro de Tecnología Nuclear en la Ciudad de El Alto, con la aparente
intención de favorecer los avances de la tecnología nuclear en medicina,
geología y otras áreas.
Bien es sabido el nacionalismo que rige a Putin, enfocado en recuperar
el poderío que una vez lideró Rusia, de una u otra forma “Hacer a Rusia grande
otra vez”. Ahora que el Presidente electo de EEUU Donald Trump parece ser
amistoso con Rusia –nótese que esto no es negativo per se- y que propone una agenda aislacionista ¿Aprovechará Putin
para aplicar una política expansionista? ¿Cuáles son los verdaderos intereses
de Rusia detrás de la cooperación militar con países de América Latina? ¿Cuáles
pueden ser los intereses detrás del fortalecimiento de las Fuerzas Armadas de
ciertos países latinoamericanos? ¿Buscará Rusia revivir los días de 1962 y
demostrar ante el mundo su poderío militar y tal vez nuclear?
Twitter e Instagram ---> @SoyLuisAlvarado
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