Cuando llegué a Venezuela desde Nepal, lo hice estando bastante enfermo. Mi estadía en Nepal me había activado varios virus que desconocía hasta ese momento. Estuve en varias consultas médicas con distintas especialidades tratando de buscar un diagnóstico, y con cada uno de los médicos que visitaba se abría una nueva historia clínica, que implica en primer lugar la búsqueda de antecedentes de cualquier tipo de patología. Todo iba bien con los antecedentes maternos, tenía toda la información que me solicitaban: antecedentes de diabetes, hipertensión, cáncer, etc. Pero cuando implicaba dar información sobre mi papá, solo se oía el silencio. A ver, conozco a mi papá, crecí con él, tengo la fortuna de tenerlo aún conmigo, tiene más de 35 años de casado con mi mamá, somos cercanos, pero él siempre ha sido un hombre sano, o al menos eso creemos todos. A mi papá no le gustan los hospitales ni nada de lo que tenga que ver con chequeos médicos, de mi papá desconozco hasta el tipo de sangre. Ad
Un país desarrollado lo
logra una sociedad más inclusiva, y una sociedad más inclusiva lo logramos si
trabajamos todos juntos, si somos capaces de respetar y aceptar al otro. El 25
de septiembre se llevó a cabo el foro #StopTransfobia organizado por Amnistía
Internacional, con la finalidad de reconocer la lucha del colectivo Trans y
reflejar las violaciones de Derechos a los que son sometidos quienes pertenecen
a dicho colectivo.
El reconocimiento de sus Derechos,
inherentes a toda persona, es un gran paso hacia una sociedad más inclusiva.
Para defender la causa de la comunidad LGBTI solo es necesario un poco de
humanidad para apoyar a aquellos cuyos derechos son vulnerados a diario.
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