Generalmente antes de ir a dormir tomo una taza de té, leo un poco, lavo mi cara y mis dientes. Sin embargo, no es esto lo que me permite dormir bien por las noches.
Cuando inicié en el activismo social y me metí de lleno al mundo de las ONG me encontré mucha gente trabajadora y soñadora de un mejor país, también encontré oportunistas que solo buscan dinero a costa de las injusticias que vive Venezuela.
Cómo regla personal dentro de mi trabajo tengo que no trabajo por un proyecto con el que no me sienta idetificado y no defiendo una causa en la que realmente no crea.
Esta regla de mi trabajo, que asumo más bien como una ley de vida, me garantiza la tranquilidad y paz mental necesaria para poder dormir bien por las noches.
Hace un par de semanas, en conjunto con una amiga también activista, sacamos por redes sociales una campaña relámpago con la pregunta: Para ti ¿Que es un liderazgo social responsable?
Las respuestas de las personas fueron sorprendentes, todas tenían en común una palabra Coherencia.
Si somos coherentes con nuestras acciones y nuestro trabajo, logramos algo difícil de alcanzar: Confianza. Sin embargo, no hay mucha gente coherente últimamente en lo que respecta al trabajo social y de activismo.
Cuando se logra esa sintonía entre lo que se piensa, lo que se dice y lo que se hace la persona logra un estado de bienestar, que una vez experimentado es muy difícil renunciar.
Nuestro país necesita el trabajo de todos, ya que las acciones colectivas suelen ser más efectivas. También necesita de líderes responsables, coherentes y probos, sin esto no habrá acción colectiva que pueda ser efectiva en el logro del objetivo.
Agradezco la existencia de personas que están en la misma sintonía, coherentes entre lo que piensan, lo que dicen y lo que hacen. Su sola existencia mantiene mi esperanza en mi país.
Así es como logro dormir bien por las noches.
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