Ir al contenido principal

Sobre la búsqueda de mis orígenes

Cuando llegué a Venezuela desde Nepal, lo hice estando bastante enfermo. Mi estadía en Nepal me había activado varios virus que desconocía hasta ese momento. Estuve en varias consultas médicas con distintas especialidades tratando de buscar un diagnóstico, y con cada uno de los médicos que visitaba se abría una nueva historia clínica, que implica en primer lugar la búsqueda de antecedentes de cualquier tipo de  patología. Todo iba bien con los antecedentes maternos, tenía toda la información que me solicitaban: antecedentes de diabetes, hipertensión, cáncer, etc. Pero cuando implicaba dar información sobre mi papá, solo se oía el silencio. A ver, conozco a mi papá, crecí con él, tengo la fortuna de tenerlo aún conmigo, tiene más de 35 años de casado con mi mamá, somos cercanos, pero él siempre ha sido un hombre sano, o al menos eso creemos todos. A mi papá no le gustan los hospitales ni nada de lo que tenga que ver con chequeos médicos, de mi papá desconozco hasta el tipo de sangre. Ad

Conciencia Joven: Que ser jóvenes no sea solo una condición


Hasta hace poco me di cuenta que ser joven no significaba nada, que ser joven es realmente una condición de la vida que todos debemos atravesar, y que ser joven no es garantía de cambios, de innovación o de cosas buenas per sé. Eso es solo una cantidad de estereotipos que se han fijado sobre quienes pertenecemos a este grupo etario, y que se fundamentan en los anhelos frustrados de las generaciones pasadas y que además es reforzado por numerosas investigaciones sobre el tema donde los jóvenes representamos a los salvadores del mundo y sus vicios.

Físicamente, los jóvenes somos más enérgicos -a menos que se padezca de alguna condición de salud que no lo permita- sin embargo, esto no implica que nuestra energía se disponga para la transformación, los cambios y el avance.

Con mi equipo hemos estado teniendo esta conversación desde finales del año pasado y sobre cómo podemos aprender de las experiencias del movimiento feminista para darle algún sentido al movimiento de juventudes que es transversal a todos los demás movimientos y causas, aplicando conceptos como brecha de sueños, techo de cristal y conciencia de género a la realidad de las juventudes.

Lo últimos cinco años he estado abocado al empoderamiento de jóvenes y de por sí la palabra empoderamiento además de ser cliché en estos tiempos, es además superflua.

Los jóvenes líderes “empoderados” que son socialmente responsables acortan las brechas de sueños de otros jóvenes para quienes ellos son inspiración, pero los primeros no necesariamente ayudan a romper los techos de cristal de los segundos. En su lugar, muchas veces colocan más capas de cristal a esos techos que ellos mismos han creado, con el único objetivo de salvaguardar sus privilegios los cuales se sustentan en sus mismas inseguridades personales. 

No quiero ser quien desmerita a su propia generación, evidentemente yo también creo que los jóvenes tenemos una posibilidad en este momento de hacer las cosas diferente y cambiar la realidad a todos los niveles; pero todo dependerá si tomamos las decisiones individuales y colectivas en la dirección acertada. De lo contrario seremos la próxima –de tantas- generación frustrada que no pudo cambiar el mundo –o al menos su país o comunidad- y que transmite su anhelo a la próxima generación de jóvenes con la esperanza de que ellos si puedan hacerlo.

Me rehúso a no apoyar al otro, a no abrirle oportunidades, a no acortar brechas de sueños y a no romper techos de cristal. En eso estoy trabajando.

Nota importante: Este concepto – Conciencia Joven – aún está en co-construcción, no hay nada fijo, todo está en movimiento, se construye y deconstruye a la vez, con el objetivo de avizorar unas nuevas juventudes para nuestro país, nuestra región y el mundo.

Lo estamos consultando con varias organizaciones. Este post se escribe incompleto, he sacado ideas inconclusas. Abro la discusión si deseas aportar a esto.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Proceso de Elaboración del Queso Guayanés

Datos históricos señalan que la elaboración de quesos en territorio venezolano comenzó en el siglo XV, cuando la actividad agropecuaria era la más importante en nuestro país. Muchos quesos pueden considerarse como ‘nacidos en Venezuela’ como el queso telita, de mano, de siquire, el de cartera, palmizulia, el guayanés y muchos otros. Un venezolano te conoce la diferencia entre un telita, uno de mano y el guayanés con solo probarlo, los quesos artesanales se hacen por todo el territorio nacional y estos son los más consumidos en la dieta del venezolano. Nada mejor que despertarse por la mañana y desayunar con una arepa rellena de queso guayanés, un poco de aguacate y un guayoyo de acompañante, inevitablemente el queso ya forma parte de la tradición venezolana. Para que el queso llegue a la mesa y acompañe a una arepa recién hecha tiene que pasar por distintos procesos biológicos y de cocción, además de que lleva consigo un arduo trabajo. Todo el proceso empieza en una finca

8° Mandamiento: Deben dejar de sentir compasión por los Tutsis.

En 1990, el medio de comunicación ruandés pro-genocidio llamado Kangura publicó lo que se conoció como "Los Diez Mandamientos Hutu", y dichos mandamientos fueron como ley divina para un pueblo profundamente devoto de la fe.  El desarrollo de la compasión es lo que nos caracteriza como seres humanos, y el octavo mandamiento llamaba a la cancelación de esta cualidad y emoción, lo que es igual a pedirle a seres humanos que dejen de ser humanos.  En todo conflicto, es fácil sentirse identificado con las víctimas y sentir compasión por ellas. ¿Saben que es lo difícil? Identificarse con los perpetradores de los hechos y sentir compasión por ellos.  Durante los primeros días en Ruanda mi mente inconscientemente intentaba identificar a las personas en la calle de acuerdo a su pertenencia a una etnia en específico. Me sentí muy culpable y avergonzado.  Quería saber quienes eran víctimas y quienes podían haber sido potenciales victimarios.  Cuando fui al Museo "Campaña contra el G

Narrativas nuestras: Érase una vez en Venezuela

Luego de haber visto Érase una Vez en Venezuela en cine, el film venezolano que va camino a los Oscars, me convertí en un embajador no oficial del film y de su mensaje.  La realidad venezolana se plasma en un film que cubre aproximadamente 5 años y que captura no sólo el devenir de la crisis política en Venezuela sino que también captura la profunda crisis social y humanitaria y la fuerte desfragmentación del tejido social que atraviesa mi país.  Luego de haber donado a la campaña de recolección de fondos que realizó el film con el ánimo de financiar su camino a los Oscars, me fue enviado el link para acceder a la película en línea como retribución a mi donación. Organicé una noche de películas para ver junto a seres queridos este film y seguir promoviendo que más personas lo vean, lo sientan suyo y lo compartan.  Mi hermana, justo a mi lado durante la proyección de la película, pronunció dos frases que se quedaron en mi cabeza durante todo el film y que me motivaron a escribir esta en