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Simón dice: Recuerda

Cuando llegué a Caracas, desde mi pueblo original de residencia, en Septiembre de 2014, la Capital de Venezuela se encontraba recuperando de una jornada intensa de protestas que habían ocurrido a inicios de año. Para el momento en que llegué a Caracas reinaba una especie de normalidad, y posiciones encontradas sobre la justificación de las protestas. Para ese momento, algunos alimentos empezaron a escasear pero nadie imaginó lo que vendría luego.  Mi primera semana de clase en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela en Diciembre de ese año también fue un poco intensa. La universidad se preparaba para elecciones de representantes estudiantiles tanto a nivel federativo como a nivel de facultades y escuelas. Esa primera semana de clases, algunas clases se interrumpían cuando ingresaba algún candidato al salón con autorización del profesor de turno para darnos su discurso y motivar el voto a su favor. En el primer semestre de la carrera no entie

Conciencia Joven: Que ser jóvenes no sea solo una condición


Hasta hace poco me di cuenta que ser joven no significaba nada, que ser joven es realmente una condición de la vida que todos debemos atravesar, y que ser joven no es garantía de cambios, de innovación o de cosas buenas per sé. Eso es solo una cantidad de estereotipos que se han fijado sobre quienes pertenecemos a este grupo etario, y que se fundamentan en los anhelos frustrados de las generaciones pasadas y que además es reforzado por numerosas investigaciones sobre el tema donde los jóvenes representamos a los salvadores del mundo y sus vicios.

Físicamente, los jóvenes somos más enérgicos -a menos que se padezca de alguna condición de salud que no lo permita- sin embargo, esto no implica que nuestra energía se disponga para la transformación, los cambios y el avance.

Con mi equipo hemos estado teniendo esta conversación desde finales del año pasado y sobre cómo podemos aprender de las experiencias del movimiento feminista para darle algún sentido al movimiento de juventudes que es transversal a todos los demás movimientos y causas, aplicando conceptos como brecha de sueños, techo de cristal y conciencia de género a la realidad de las juventudes.

Lo últimos cinco años he estado abocado al empoderamiento de jóvenes y de por sí la palabra empoderamiento además de ser cliché en estos tiempos, es además superflua.

Los jóvenes líderes “empoderados” que son socialmente responsables acortan las brechas de sueños de otros jóvenes para quienes ellos son inspiración, pero los primeros no necesariamente ayudan a romper los techos de cristal de los segundos. En su lugar, muchas veces colocan más capas de cristal a esos techos que ellos mismos han creado, con el único objetivo de salvaguardar sus privilegios los cuales se sustentan en sus mismas inseguridades personales. 

No quiero ser quien desmerita a su propia generación, evidentemente yo también creo que los jóvenes tenemos una posibilidad en este momento de hacer las cosas diferente y cambiar la realidad a todos los niveles; pero todo dependerá si tomamos las decisiones individuales y colectivas en la dirección acertada. De lo contrario seremos la próxima –de tantas- generación frustrada que no pudo cambiar el mundo –o al menos su país o comunidad- y que transmite su anhelo a la próxima generación de jóvenes con la esperanza de que ellos si puedan hacerlo.

Me rehúso a no apoyar al otro, a no abrirle oportunidades, a no acortar brechas de sueños y a no romper techos de cristal. En eso estoy trabajando.

Nota importante: Este concepto – Conciencia Joven – aún está en co-construcción, no hay nada fijo, todo está en movimiento, se construye y deconstruye a la vez, con el objetivo de avizorar unas nuevas juventudes para nuestro país, nuestra región y el mundo.

Lo estamos consultando con varias organizaciones. Este post se escribe incompleto, he sacado ideas inconclusas. Abro la discusión si deseas aportar a esto.

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