Cuando llegué a Caracas, desde mi pueblo original de residencia, en Septiembre de 2014, la Capital de Venezuela se encontraba recuperando de una jornada intensa de protestas que habían ocurrido a inicios de año. Para el momento en que llegué a Caracas reinaba una especie de normalidad, y posiciones encontradas sobre la justificación de las protestas. Para ese momento, algunos alimentos empezaron a escasear pero nadie imaginó lo que vendría luego. Mi primera semana de clase en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela en Diciembre de ese año también fue un poco intensa. La universidad se preparaba para elecciones de representantes estudiantiles tanto a nivel federativo como a nivel de facultades y escuelas. Esa primera semana de clases, algunas clases se interrumpían cuando ingresaba algún candidato al salón con autorización del profesor de turno para darnos su discurso y motivar el voto a su favor. En el primer semestre de la carrera no entie
En contextos de conflicto, los jóvenes somos los más afectados: ceses educativos, la carne de cañón, reclutamiento de grupos irregulares, forzados a dejar nuestra tierra.
La Resolución 2250 reconoce nuestro rol en la prevención de conflictos, en la construcción y sostenimiento de la paz en el mundo, ahora es necesario avanzar en acciones concretas para asegurar el cumplimiento de la agenda.
En 2020 diversos jóvenes constructores de paz de Venezuela y Colombia en alianza con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) impulsaron la agenda de Juventud, Paz y Seguridad en estos países.
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