Rosa no ha podido volver a dormir en su cama desde el enfrentamiento entre las Fuerzas del Estado y los grupos del crimen organizado en la comunidad de la Cota 905 en Caracas, Venezuela. Rosa, además, ha estado presentando problemas de presión arterial y dificultad para retomar hábitos de su día a día e incluso socializar con sus vecinos. Rosa es víctima del trastorno de estrés postraumático, al igual que varios habitantes del sector.
Durante tres días consecutivos la zona popular de la
Cota 905 vivió una escalada de violencia en un conflicto que permanecía latente
con escaladas intermitentes cada cierto tiempo. La Operación Gran Cacique Guaicaipuro,
nombre que dio el Gobierno al operativo, solo puede ser comparable en la región
con la Operación Orión emprendida en el año 2002 por el Gobierno de Colombia en
una popular comuna de Medellín para acabar con la presencia de milicias urbanas
de grupos guerrilleros.
Ambas operaciones cargadas de fuertes prejuicios
respecto a las zonas populares y sus habitantes, donde si no eres delincuente “eres
la mamá, el papá, la novia y/o la protectora, del delincuente” que justifican
los allanamientos incluso a aquellos que nada tienen que ver con el conflicto.
Sentimientos de culpabilidad, de vergüenza y de miedo se sientan sobre la población.
Cuando un conflicto violento emerge en nuestras
comunidades el número de víctimas no solo se contabiliza en bajas. En la
Especialización sobre Resolución de Conflictos y Mediación Social me enseñan
que las intervenciones en conflictos violentos deben conformarse de un plan
integral de atención a las múltiples víctimas.
Cuando tus necesidades humanas son vulneradas, te
conviertes en vulnerable. Cuando lo que creías seguro deja de serlo, da pie a
la existencia de emociones colectivas exacerbadas de odio, miedo, vulnerabilidad,
incertidumbre, ira y rabia; que a su vez dan lugar a nuevas formas de violencia.
El final de un conflicto armado puede significar el inicio de uno nuevo si las
heridas se profundizan, permaneciendo mucho tiempo sin ser atendidas.
El trabajo que hacen organizaciones sociales, como OtroEnfoque, en la Cota 905 es muy valioso para la sanación colectiva de niños,
niñas y jóvenes víctimas de la violencia armada, y transformar las narrativas
creadas e impuestas sobre las zonas populares y sobre sus habitantes. Transformar
el abordaje que hacemos, desde las políticas públicas, a los conflictos
comunitarios es vital si queremos construir una paz sostenible y duradera.
-Luis Alvarado Bruzual
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