Por primera vez en 25 años pareciera ser que mi país, Venezuela, tiene una oportunidad real de lograr un cambio de gobierno por la vía democrática del voto. Sin embargo, intento no emocionarme y mantener mi esperanza al mínimo. La desesperanza aprendida y la indefensa adquirida ya son parte de mi mecanismo de defensa para enfrentar la realidad de mi país. Hemos pasado demasiadas cosas en los últimos años. No quiero ilusionarme en vano. En mi país, tenemos una relación complicada con las elecciones. Conscientemente, unos días antes de las elecciones me abastecí de alimento, porque uno nunca sabe qué pueda ocurrir, y si algo ocurre lo mejor es que te agarre con alimento en casa. En Catia, el barrio donde vivo, se escucha “compren velas, por si acaso”. Todo parece estar normal, sin embargo, tengo una semana que no logro dormir más de 4 horas en la noche. La ansiedad toma mi cuerpo y trato de poner en práctica todas las herramientas que conozco para gestionarla. Un dolor de cabeza aparec
Datos históricos señalan que la elaboración de quesos en territorio venezolano comenzó en el siglo XV, cuando la actividad agropecuaria era la más importante en nuestro país. Muchos quesos pueden considerarse como ‘nacidos en Venezuela’ como el queso telita, de mano, de siquire, el de cartera, palmizulia, el guayanés y muchos otros. Un venezolano te conoce la diferencia entre un telita, uno de mano y el guayanés con solo probarlo, los quesos artesanales se hacen por todo el territorio nacional y estos son los más consumidos en la dieta del venezolano. Nada mejor que despertarse por la mañana y desayunar con una arepa rellena de queso guayanés, un poco de aguacate y un guayoyo de acompañante, inevitablemente el queso ya forma parte de la tradición venezolana. Para que el queso llegue a la mesa y acompañe a una arepa recién hecha tiene que pasar por distintos procesos biológicos y de cocción, además de que lleva consigo un arduo trabajo. Todo el proceso empieza en una finca
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