Cuando llegué a Venezuela desde Nepal, lo hice estando bastante enfermo. Mi estadía en Nepal me había activado varios virus que desconocía hasta ese momento. Estuve en varias consultas médicas con distintas especialidades tratando de buscar un diagnóstico, y con cada uno de los médicos que visitaba se abría una nueva historia clínica, que implica en primer lugar la búsqueda de antecedentes de cualquier tipo de patología. Todo iba bien con los antecedentes maternos, tenía toda la información que me solicitaban: antecedentes de diabetes, hipertensión, cáncer, etc. Pero cuando implicaba dar información sobre mi papá, solo se oía el silencio. A ver, conozco a mi papá, crecí con él, tengo la fortuna de tenerlo aún conmigo, tiene más de 35 años de casado con mi mamá, somos cercanos, pero él siempre ha sido un hombre sano, o al menos eso creemos todos. A mi papá no le gustan los hospitales ni nada de lo que tenga que ver con chequeos médicos, de mi papá desconozco hasta el tipo de sangre. Ad
Datos históricos señalan que la elaboración de quesos en territorio venezolano comenzó en el siglo XV, cuando la actividad agropecuaria era la más importante en nuestro país. Muchos quesos pueden considerarse como ‘nacidos en Venezuela’ como el queso telita, de mano, de siquire, el de cartera, palmizulia, el guayanés y muchos otros. Un venezolano te conoce la diferencia entre un telita, uno de mano y el guayanés con solo probarlo, los quesos artesanales se hacen por todo el territorio nacional y estos son los más consumidos en la dieta del venezolano. Nada mejor que despertarse por la mañana y desayunar con una arepa rellena de queso guayanés, un poco de aguacate y un guayoyo de acompañante, inevitablemente el queso ya forma parte de la tradición venezolana. Para que el queso llegue a la mesa y acompañe a una arepa recién hecha tiene que pasar por distintos procesos biológicos y de cocción, además de que lleva consigo un arduo trabajo. Todo el proceso empieza en una finca
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